Melodía

Pensarte no es imaginarte, pensarte es crearte y entregarme al ritmo de tu energía y la mía, al movimiento generador de vida que al sentirte, al sentirme, al sentirnos, muestra las realidades invisibles que no son del mundo pero sí del Todo.

La verdad es un lugar sin caminos, dice el Maestro. El camino se hace, o puede que esté allí desde siempre y para siempre:

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"Quita el obstáculo de los ojos para ver,
quita el obstáculo de la mente para percibir verdad
y quita el obstáculo del corazón para Ser,
y siendo, celebrar en placer y plenitud
el encuentro de las almas en amor.
Sin formas, sin juicios,
sin criterio alguno, solo siendo,
porque solo se Es y el amor Es".

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Cada pensamiento del Ser expresa una nota acorde a la vibración de la intención que lo genera, esa nota se verá impulsada por otras muchas más si el pensamiento es honesto, poderoso y auténtico; hasta lograr una melodía del corazón del Ser al corazón del Universo y sus Multiversos. La melodía se integra a la sinfonía de la creación, música escuchada por quienes nunca han dejado de escuchar, por quienes nunca dejan de sentir y se entregan al llamado, experimentándose en las posibilidades que la creación emana en omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia.
 

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"El Todo es la Nada, y la Nada es el Todo.

Todo sucede y Nada sucede desde la palpitación del observador y del pensador.

El observador es Uno, pero requiere lo Dual para experimentarse y ejercer el sagrado amor cósmico

de la Triada Crística que cataliza e integra la creación multidimensional etérica y materia.

Uno Es en su Totalidad, pero la expansión de la creación y el proceso evolutivo de la misma

requiere de su propia Dualidad para la expresión de las cuánticas posibilidades,

de sus Multiversos generando conflicto, armonía y orden".

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Todo esto se resume en una palabra y dos sílabas, AMOR (Dios actuando). Es simple, complejo y bello. Está siempre presente en Todo, mas no todos lo ven. Sólo es visible a la voluntad del corazón puro capaz de emitir las mayores vibraciones en notas de magnificentes intenciones.
 
Cuando un alma se encuentra a sí misma da inicio a su propia melodía en el estadio del Ser, resonando con la Sinfonía del Universo. Cuando su melodía sincroniza con la melodía de otra alma expresada en la Sinfonía Universal, estas se destinan al encuentro para crear y recrear las composiciones, una oleada de ir y devenir para que los más altos valores del Amor se sigan expresando, experimentando y expandiendo. Todo ello en matices de Luz, Sombra, Color y Forma.

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"Ser valiente en el Amor es ser capaz de desprenderse de todo lo ajeno al Ser,

de todo condicionamiento impregnado en la mente del observador que limita su verdad,

su potencial y su expansión.

Las experiencias están para ello, para la sincronicidad entre las almas que han

de ayudarse como catalizadores en la recuperación de sí mismos.

Esta es la belleza de la sincronía, es la simbiosis del Amor que nos lleva al estado de samadhi,

es el potencial de la energía de Dios actuando para quienes sean capaces de ver,

valientes de Ser y rebeldes para expandir".

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"No hay palabras, solo hay música."

Antonio Lucio Vivaldi