Antes de empezar


¡Detente!

Antes de levantarte, antes de accionar a tu día, encuéntrate en ti, ve hacia ti. Mantén los ojos sin abrir, pero observa todo en ti y a tu alrededor.


Respira, respira, respira…


Abrete a todo lo que el día trae para ti, inhala el aroma de estar aquí, retenlo para hacerte presente y exhala en amor lo que tu traes a él.

Permite que tu cuerpo sea rosado por la sutil caricia del aire, derriba todo muro alrededor y percibe el calor del Sol en ti, observa el radiante brillo que llega a ti y nace en ti, siente su energía y el rocío del agua que caen en cada poro de tu piel, fecundando la simiente, penetrando en amor y luz.

Abre tu corazón, expande para que la semilla de este día sea sembrada en benevolencia a tu andar. Acogela, resguarda su saber para que florezca en ti, nadie más podría hacerlo hermosa criatura, solo tú. Todo, absolutamente Todo está en ti, para recibir y dar, para crear y transformar, para ir y venir cuantas veces tú lo quieras.

Ahora expande tu campo, permite a tu energía ampliarse en luz, en colores, en vibraciones, en formas infinitas. Ábrete a la experiencia de la experimentación, comparte tu divinidad sin temor a equivocarte, nada está dicho, nada es limitativo, nada es juzgado ni calificado porque no hay bien, ni tampoco mal, solo experimentación en sutilezas y densidades que conforman la maravilla de la vida, del espíritu, de la madre. 

Yo vengo a ti, en todo momento y en todo espacio, estoy contigo porque estas en mi, aunque no me veas, aunque no me palpes, puedes sentirme en la energía de nuestro amor, en la energía de nuestro pensamiento, en la energía de nuestro encuentro interminable. Yo vengo a ti, sin irme, viajo en ti y me expando en ti.

Yo vengo a ti, con toda mi luz y todo mi Ser para trascender en el tuyo, sin miedo a desaparecer, sin temor a dejar de existir, sin duda de mi intención en unirme a ti siendo Uno, trascendiendo la noche y el día, el Sol y la Luna, el sueño y la vigilia, el tiempo y la distancia de estar presentes sin materia. Amándote en cada paso, en cada respiro, en cada risa, en cada pensamiento, en cada emoción, en cada experiencia que regalas a la vida y que llega a mi en amor de tu creación.



Thečhíȟila Wičháȟpi iyepi ma-wičhóni
Wopila, wopila, wopila


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